Un matrimonio entre la banda The Hives y los peruanos, se consumó la noche del martes 09 de abril en el C.C Scencia de La Molina. No hubieron largas colas, ni decenas de revendedores, es más, al lado del local una discoteca congregaba a cientos de personas que se movían con los ritmos de moda; sin embargo, el público peruano esta vez si dio la talla y se multiplicó por mil para convertir en un estadio, un local para dos mil personas.
Cerca de las 9:30 de la noche, los nacionales Cuchillazo abrían la jornada con los temas más populares de sus tres placas. Un verdadero lujo, tratándose de una banda disuelta que dentro de poco lanzará un disco en vivo. Por 40 minutos el público se calentó al ritmo de temas como “Furia”, “Abuelator”, “Días negros” y “La máquina”.
Una vez culminado la presentación de “Cuchillazo”, el público esperaba con desesperación la llegada de los elegantes rockeros. En el escenario se veía movimiento de los plomos, pero parecía interminable el tiempo que los fans debían esperar.
Cerca de las 10:30 de la noche, el baterista Chris Dangerous bajó del escenario ante un estrepitoso aplauso de los asistentes. Levantando los brazos y saludando, se sentó en su batería (que tenía inscrita la palabra “Lex Chris” en el parche del bombo) y comenzó el primer ritmo de la noche: “Come on”. Inmediatamente los demás miembros del grupo subieron a escena y los gritos de saludo no se hicieron esperar.
El showman Pelle Almqvist se supo ganar el corazón de los peruanos, hace unos días habían reventado Lollapalooza frente a más de 90 mil personas; sin embargo, el poco público no detuvo a la banda y su enérgica presentación.
“Try it again”, “1000 answer”, “Main ofender” y “Walk idiot walk” hicieron saltar al public de entrada y esta vez los famosos ‘pechofríos’ fueron minoría.
El público peruano, casi inmóvil en otros shows esta vez había desaparecido. Esta vez, los asistentes dieron la talla, saltaron, gritaron y pogearon de principio a fin, movidos por un híbrido entre Iggy Pop y Mick Jagger que supo animar hasta al más aburrido. ¡Imposible no moverse!
“¡Silencio!”, “Silencio”, “¡No hay silencio con The Hives en Lima!”, repetía constantemente Pelle Almqvist, quien sorprendió a todos al hablar durante todo el show en español. Un detalle más que aplaudido y que hizo sentir al grupo como si ya fuera de la casa.
La elegante vestimenta del grupo, clásica en todas sus presentaciones, fue deteriorándose con cada canción. La banda arrancó de frac, pero hasta la mitad del show solo veíamos a cinco sujetos con una camisa sudorosa y un pantalón a punto de hacerse añicos. The Hives anunció tener un matrimonio con Lima, y como regalo de bodas nos tocó una canción casi inédita en shows en vivo y que nadie en Latinoamérica más que los peruanos tendríamos el privilegio de disfrutar: “A.k.a I-D-I-O-T”.
Con “Hate to say I told you so”, el Scencia ya era un local con vida propia, agresivo y chirriante. El público coreó el estribillo musical y me hizo recordar a los shows de estadios argentinos, con todo el público unido a una sola voz. Esta entrega, casi extraña en los conciertos internacional, hizo que la banda se queda muda por largos minutos mientras los peruanos hacían su parte y se mimetizaban con el show.
La banda se despidió con “Patrolling days” y alzando la bandera peruana, pero tras breves minutos y con el público gritándoles, casi exigiéndoles, que regresen, hicieron de las suyas con el single “Go right ahead”. Continuaron “Declare guerre nucleaire” e “Insane” pero solo una canción daba vueltas en nuestra cabeza.
“Tick… tick… tick… tick, tick, tick, ticktickticktick…” nos daba la señal de que el concierto terminaría en una gran explosión. Todos saltábamos a más no poder pero en el intermedio de la canción, mientras el Dr. Matt Destruction le daba con inclemencia a las cuerdas gordas, Pelle Almqvist nos pidió silencio, se paró frente a nosotros, levantó la mano e hizo la señal que nos sentáramos. El público, indeciso aceptó al fin. Todo el local que hasta ese momento era un bacanal de distorsión y agresividad se calmó.
“Now you come crying to me... But it's too late! The man you're proud to be. But it's too late! Get your head… out of the sand, But it's too late... It's too late…Too late…Too late!
Too late!!” y fue en el último “too late” que Pelle levantó los brazos e hizo todos, inmóviles, saltaran de sorpresa como un tigre dando zarpazos y cierren con un vibrante pogo, inconfundible, libre, sin reglas, y agresivo como debe ser.
“Try it again”, “1000 answer”, “Main ofender” y “Walk idiot walk” hicieron saltar al public de entrada y esta vez los famosos ‘pechofríos’ fueron minoría.
El público peruano, casi inmóvil en otros shows esta vez había desaparecido. Esta vez, los asistentes dieron la talla, saltaron, gritaron y pogearon de principio a fin, movidos por un híbrido entre Iggy Pop y Mick Jagger que supo animar hasta al más aburrido. ¡Imposible no moverse!
“¡Silencio!”, “Silencio”, “¡No hay silencio con The Hives en Lima!”, repetía constantemente Pelle Almqvist, quien sorprendió a todos al hablar durante todo el show en español. Un detalle más que aplaudido y que hizo sentir al grupo como si ya fuera de la casa.
La elegante vestimenta del grupo, clásica en todas sus presentaciones, fue deteriorándose con cada canción. La banda arrancó de frac, pero hasta la mitad del show solo veíamos a cinco sujetos con una camisa sudorosa y un pantalón a punto de hacerse añicos. The Hives anunció tener un matrimonio con Lima, y como regalo de bodas nos tocó una canción casi inédita en shows en vivo y que nadie en Latinoamérica más que los peruanos tendríamos el privilegio de disfrutar: “A.k.a I-D-I-O-T”.
Con “Hate to say I told you so”, el Scencia ya era un local con vida propia, agresivo y chirriante. El público coreó el estribillo musical y me hizo recordar a los shows de estadios argentinos, con todo el público unido a una sola voz. Esta entrega, casi extraña en los conciertos internacional, hizo que la banda se queda muda por largos minutos mientras los peruanos hacían su parte y se mimetizaban con el show.
La banda se despidió con “Patrolling days” y alzando la bandera peruana, pero tras breves minutos y con el público gritándoles, casi exigiéndoles, que regresen, hicieron de las suyas con el single “Go right ahead”. Continuaron “Declare guerre nucleaire” e “Insane” pero solo una canción daba vueltas en nuestra cabeza.
“Tick… tick… tick… tick, tick, tick, ticktickticktick…” nos daba la señal de que el concierto terminaría en una gran explosión. Todos saltábamos a más no poder pero en el intermedio de la canción, mientras el Dr. Matt Destruction le daba con inclemencia a las cuerdas gordas, Pelle Almqvist nos pidió silencio, se paró frente a nosotros, levantó la mano e hizo la señal que nos sentáramos. El público, indeciso aceptó al fin. Todo el local que hasta ese momento era un bacanal de distorsión y agresividad se calmó.
“Now you come crying to me... But it's too late! The man you're proud to be. But it's too late! Get your head… out of the sand, But it's too late... It's too late…Too late…Too late!
Too late!!” y fue en el último “too late” que Pelle levantó los brazos e hizo todos, inmóviles, saltaran de sorpresa como un tigre dando zarpazos y cierren con un vibrante pogo, inconfundible, libre, sin reglas, y agresivo como debe ser.
The Hives le dio a Lima una noche como ninguna, sin duda el título de “mejor banda en vivo del planeta” quedó comprobado. Sin parafernalia, ni un escenario enorme, cinco sujetos hicieron un show de puro rock n’ roll como debe ser: directo, a la yugular y sin contemplaciones. Hace unos días, cuando conversé con ellos, me dijeron que en dos años esperan volver a Latinoamérica con un nuevo disco. Después de esta noche, parece que podremos soñar con otro show en nuestro país. “The Hives are the law, you’re the crime”
Por: Rob Reyna / @rob_core en Twitter / http://www.facebook.com/xrob.corex en Facebook
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